Capítulo: La Flaca se mira en el espejo

Me miré en el espejo. Han pasado ya tres meses y tres semanas desde que comencé mi tratamiento intensivo de rehabilitación, realimentación y recuperación de mi cuerpo y hoy, antes y luego de la ducha, me he mirado en el espejo. Esto se dice la Flaca mientras se viste mirándose en el espejo del baño. Analiza cada parte de su cuerpo y observa cómo ha ido cambiando desde el primer día que todo esto comenzó, el día en que se fue a internar al hospital. Se observa desnuda. Se observa con la ropa interior puesta. Se observa solo con el jeans puesto. Se observa con todo el resto de la ropa puesta. Se mira a sí misma. Se toca las distintas partes de su cuerpo intentando recordar cómo las sentía cuando estaba severamente desnutrida y, de alguna forma patógena y dañina, extraña eso. Pero se mira en el espejo y sonríe, se esfuerza en sonreírse a sí misma y en tratar de aceptarse tal cual es en este momento.

Constantemente se dice (poniendo en práctica una meditación de agradecimiento de Louise Hay) "me apruebo a mí misma", "está todo bien porque me estoy aprendiendo a amar", y se sonríe a sí misma en el espejo, esperando que éste acto la ayude a aceptar más la realidad en que se encuentra su cuerpo ahora. Ya no está desnutrido ni esquelético como antes, ahora se ve más saludable y normal. ¡Pero qué mierda! Si bien uno podría creer que esto debiera alegrarla y hacerla sentir bien consigo misma, lo que ocurre dentro de ella es todo lo contrario. La Flaca extraña su cuerpo desnutrido. Tiene miedo. Miedo de que este nuevo cuerpo que se está recuperando le traiga los mismos dolores e inseguridades que sentía antes de comenzar a padecer la anorexia y desnutrirse. La Flaca no quiere volver a eso mismo. Se siente insegura y cree que esta recuperación de su cuerpo le traerá todas las responsabilidades y desilusiones que tuvo antes. No sabe cómo explicarlo, pero el mantener la desnutrición, la fragilidad y delgadez de su cuerpo la hace sentirse protegida, segura, resguardada frente a algo que aún no está muy segura qué es.

La Flaca busca pensar que su cuerpo, ya más sano, es hermoso y se esfuerza por sonreírse y modelar coquetamente frente al espejo del baño. Se esfuerza para que su mente piense que está bien, qué se ve bonita y agraciada con estos cambios. Pero en el fondo sigue teniendo un poco de miedo. Porque este cuerpo está aún en una transición, es decir que aún falta que siga recuperándose y nutriéndose aún más, y esto angustia a la Flaca. Mi cuerpo ya se ve distinto, pero aún falta que cambie un poco más para que sea un cuerpo normal. Este pensamiento se repite en su mente y la asusta, ¿Aún más?, se dice a sí misma. Se insegurisa, se mira y mientras lo hace, en su mente batalla entre los pensamientos negativos de este avance en su salud y los grandes esfuerzos por pensar en que esto es lo mejor para ella.

Pero la Flaca se mira en el espejo, se toca, mira unas fotografías que se tomó desnuda un día antes de hospitalizarse, y evalúa las diferencias. Trata de ver el lado positivo de estos cambios, pero aun así está esa parte oscura de su mente que anhela volver a padecer esa fragilidad y esa desnutrición otra vez. Sus padres estaban tan preocupados y pendientes de ella, que la idea de perder esa atención y preocupación la asusta y la hace querer buscar alguna solución, alguna forma de retener por más tiempo este cuerpo, de detener el avance de su recuperación.

Se sonríe a sí misma una y otra vez, asiente con la cabeza y trata de aparentar lo que más puede de lo positiva que se siente con estos cambios. Pero la oscuridad de su miedo sigue ahí. Creo que voy a necesitar tomarme un SOS, se dice mentalmente. (*Un SOS, son pastillas que se toma cuando siente angustia o inseguridad o ansiedad frente a algún evento molesto que pueda vivir durante el día. Éste puede ser uno de esos momentos). Es una lástima tener que recurrir a fármacos para acallar esta voz oscura y rumiante en su mente, pero al parecer es lo más necesario para poder sobrellevar mejor el día. Es eso o hacer algún tipo de ejercicio para bajar su ansiedad del cambio de su cuerpo, porque sí, mirándose al espejo se le pasó por la mente el restringir alguna comida de este día o el hacer alguna actividad, o actividades, físicas para contrarrestar el avance de este cambio.

Al salir del baño hace un poco de estas "actividades físicas". Sube la escalera rápida y ágilmente, hace la cama de sus padres. Su madre la descubre y le dice que deje todo ahí, que no se mueva ni se estrese. Pero aun así cuando ésta se va, la Flaca termina de hacer la cama igual, necesita moverse, necesita calmar su angustia por notar los cambios en su cuerpo. Ok, me tomaré un SOS, quizá exagere, pero no puedo permitir que esto me intranquilice por el resto del día.

Y así lo hace. La Flaca vuelve a mirarse en el espejo del baño del segundo piso, vuelve a sonreírse y piensa, soy hermosa, estoy volviendo a ser hermosa y esto que siento también algún día pasará. Ya han pasado tres meses y tres semanas, es tiempo suficiente, debo ser fuerte y aceptar que esto debe y tendrá que pasar.


© 2020 Fernanda Cancino Espinosa. Todos los derechos reservados. Foto por Andrés Orosco.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar