Capítulo: La Flaca y la Ansiedad

Se mueve, se mueve, se mueve. No puede quedarse tranquila. Tiene ansiedad. La Flaca en este momento tiene ansiedad, y se mueve. Se mueve para allá y para acá buscando qué hacer para poder matar el rato y no sentir hambre, para no estresarse pensando cuantas horas pasarán hasta su siguiente comida. Porque sí, esta vez, la Flaca quedó con hambre luego de comer, y eso la estresa, y la aterra. ¿Cómo pudo quedar con hambre? No debería sentir hambre aún. No, esto no debería ser así, esto no tendría que ser así. No, esto no es normal. Debe haber algo mal conmigo ¿qué hago? Se dice mentalmente. Su mente la tortura. Piensa en comida, pero se dice que no, que debe esperar un par de horas más. Trata de leer un libro. Se relaja un rato. ¡Pero ya! Ese rato pasó. ¿Y ahora qué? Ver una serie. ¿Ve un capítulo de Braking Bad o de The Big Bang Theory? Por un lado, los capítulos de Braking Bad son más largos que los de The Big Bang Theory, por lo que podría matar más tiempo con un capítulo de esos. Pero, por otro lado, la Flaca no está de muy buen humor como para ver al pobre Walter White debatirse entre el bien y el mal. Eso, sumado a lo que la "cocción" y el tráfico de metanfetaminas pueda significar, no parecen ser una muy buena opción. Así que decide ver un capítulo de The Big Bang Theory, ya que más que mal la relaja ver algo en donde las personas viven sus problemas cotidianos con esa ligereza de humor y sentido. Ve un capítulo. Ve otro capítulo. Y, ve otro capítulo... ¡Wow! Estuvo entretenido. ¿Y ahora qué? Aún le quedan 15 minutos más a la Flaca para tomarse su ansiolítico de la comida, para luego esperar sus 30 minutos requeridos para este fármaco, hasta que al fin pueda comer su siguiente comida. Está ansiosa. Está muy ansiosa. ¿Se fumaría un cigarro? Piensa. Lo ha hecho otros días en los que ha sentido que la ansiedad la abruma, como ahora, y le ha servido, algo, por lo menos para matar un par de minutos más y hacer que el tiempo pase un poco más rápido. Igual se fumaría un pucho. Siempre escondida, claro está, porque le da vergüenza que sus padres se enteren. Fumarse un pucho a escondidas significa encerrarse en el baño del segundo piso, meterse a la tina, cerrar la cortina de la ducha, abrir la ventana, fumar ahí tranquilamente tratando de que todo el humo salga para afuera, hablar por whatsap con algún amigue, terminarse el pucho, envolverlo en un papel confort, botarlo al basurero, rociar el baño entero con los tres distintos y fuertes perfumes de hombre que dejan sus hermanos en el baño. Luego lavarse las manos, enjuagarse la boca con pasta de dientes, salir del baño mientras deja la puerta cerrada con la ventana abierta para que se disipen todos los olores, ir a su pieza, rosearse con su propia colonia por todas partes, y, por último, ponerse un chaleco encima para cubrir cualquier olor a tabaco que haya quedado impregnado en su ropa.

Pensar en hacer todo eso, muchas veces, le quitan las ganas de fumar más que incentivarla a hacerlo para calmar su ansiedad. En esta ocasión decide ser fuerte, no fumar y aguantarse su ansiedad. Además, vale decir, que siempre se siente un poco culpable luego de hacerlo por todo esto de esconderse, que ya más o menos se entendió. Así que sí, la Flaca sigue ansiosa. ¿Qué pasaría si un día se dejase llevar completamente por su instinto de hambre y comiera hasta que real y sinceramente se sintiese saciada? Quizá no pasaría nada de malo, piensa ella para sus adentros. ¿Qué tanto cambio podría generar en mi cuerpo si lo hiciera solo una vez? Pero luego viene el temor de que, si se lo permite solo una vez, luego no podrá parar nunca y lo hará siempre, y entraría en un caos de atracón bestial a un nivel que solo ella logra imaginarse. Pero no, lo más probable es que no pase nada de malo... Así es, es lo más probable. De todas maneras, la Flaca concluye que no piensa hacerlo en este momento. No, este no es el momento para hacerlo. Bueno, siendo muy sincera, nunca lo es. Todo intento queda finalmente en su imaginación. En su cabeza. En la vida real no se atreve a hacerlo. Aún no.

Y la Flaca sigue con su ansiedad. ¿Es hambre o ansiedad? Aún no logra distinguirlo del todo. De todas formas, puede decirse que el hambre le genera ansiedad, o sea que tendría un poco de los dos. Sí, esa es una respuesta razonable.

Finalmente, llega el momento de su siguiente comida, así que la Flaca puede dejar de moverse sin rumbo por un rato para comenzar a moverse con sentido. ¿Qué quiere decir esto? Que comienza a moverse en razón de prepararse para comer, y eso le agrada y la tranquiliza. ¡Ah! (exhala) ¡Qué rico que finalmente voy a hacer algo con sentido!, se dice a sí misma.

El nerviosismo y la ansiedad desaparecen por un instante. Se siente tranquila y trata de abrazar este momento lo que más puede; trata con todas sus fuerzas de vivirlo en presente y apreciarlo. Quizá trata demasiado fuerte, porque rápidamente el momento se acaba y ya vuelve la ansiedad de nuevo.

Espera un momento y comienza a moverse.

© 2020 Fernanda Cancino Espinosa. Todos los derechos reservados. Foto por Andrés Orosco.
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